El coste social de las nuevas necesidades

Seis meses es el plazo que he necesitado para darme cuenta de que, aunque me duela, por la devoción que siento por la biología, y pese a mis buenas intenciones, me he equivocado comprando un animal exótico como animal de compañía.
No puedo evitar el intentar concienciar, debido a la experiencia, a aquellos que verdaderamente sientan curiosidad y apoyen la continuidad de la biodiversidad, del error de hacer negocio con este tipo de “bienes”.

Desde el punto de vista de una alumna de la Facultad de Empresariales, veo importante hacer un examen o balanza de las necesidades y el coste social de las mismas. Muchos son los libros que nos dicen que uno de los objetivos de las empresas es satisfacer la necesidades de los consumidores, el problema viene cuando, existiendo una necesidad, no se analiza la repercusión social de su satisfacción y aquí es donde me gustaría incluir a los animales exóticos, entre otros, que hoy son un producto más para obtener beneficios, al margen de las consecuencias.

El proceso de satisfacción de necesidades tiene, a mi parecer, cuatro fases. La primera es el nacimiento de una necesidad nueva; la segunda es la percepción por parte de la empresa de dicha necesidad; luego ésta propone un proyecto nuevo de empresa para satisfacerla; y por último, se mira la viabilidad económica de dicho proyecto y se ejerce si el resultado es positivo. En mi opinión, ninguna de estas fases sobra, pero si falta una, que es la concienciación social antes de emprender un proyecto, es decir, que antes de ejercerlo se haga un análisis del coste social que deriva de ello.

Cuando por primera vez alguien quiso un animal exótico creó un nuevo mercado de bienes. El inconveniente aquí es que los bienes son seres vivos, que tienen un hábitat natural y, que aunque fueran creados por Dios o puro proceso de evolución darwiniana, no han sido puestos en la Tierra para vivir en cuatro paredes o en una jaula.

La pluralidad de comunidades y sistemas vivos constituye la dimensión o el componente ecológico de la biodiversidad, y lo estamos destruyendo. Muchos ecólogos hablan de biodiversidad funcional, en la que se incluye no solo a los individuos y sistemas sino también a los procesos y relaciones funcionales entre ellos. Nuestras acciones y relaciones con el resto de los seres vivos del planeta nos hacen ver cómo el ser humano no se da cuenta de que sólo la biodiversidad puede darnos la vida, ya que ninguna máquina podrá darnos oxígeno y agua.

¿Dónde está el límite de violación biológica y social frente a las nuevas necesidades innecesarias que nos creamos?

Resultado de imagen de perro de la pradera


Comentarios

  1. Un post que nos hace reflexionar sobre la adquisición de animales exóticos, hay que tenerlo en cuenta!!

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